La ergometría o prueba de esfuerzo se utiliza para provocar un episodio de angina de pecho en un paciente en el que se sospecha que tiene enfermedad de las arterias del corazón.
Se puede realizar en un tapiz rodante o cinta sin fin (como la de los gimnasios), o en una bicicleta (cicloergómetro). Conforme pasan los minutos de ejercicio la cinta sin fin va cada vez más rápido y aumenta su pendiente (se pone cada vez más cuesta arriba), para aumentar la cantidad de esfuerzo que tiene que realizar el paciente; en la bicicleta, va aumentando progresivamente la fuerza que tiene que realizar el paciente en cada pedalada.
El paciente debe acudir a la prueba con ropa y calzado cómodo, para que no le moleste mientras realiza el ejercicio. Durante la prueba se vigila la tensión arterial, la frecuencia cardiaca y el electrocardiograma del paciente. Asimismo, se le indica que si experimenta cualquier síntoma debe ponerlo en conocimiento del médico o de la enfermera que atienden la prueba.
Al hacer que el paciente realice un ejercicio cada vez más intenso obligamos a su corazón a aumentar la frecuencia de contracción (los latidos por minutos) para suministrar una mayor cantidad de sangre al músculo cardiaco, pues el esfuerzo físico aumenta la demanda de oxígeno y nutrientes del corazón. En los pacientes que tienen algún grado de obstrucción de una o varias arterias coronarias, esta cantidad extra de sangre que se necesita para atender a las demandas adicionales del corazón no puede pasar adecuadamente (debido a la obstrucción). Por ello, durante el ejercicio el paciente puede presentar una angina de pecho, o pueden aparecer alteraciones en el electrocardiograma que nos indican la existencia de una obstrucción coronaria.
El tiempo que aguanta el paciente realizando la prueba también informa al médico sobre su capacidad de esfuerzo: un paciente poco acostumbrado al ejercicio físico puede ser que a los 2 minutos ya esté agotado, mientras que los pacientes más entrenados pueden aguantar muchos más minutos.
En ocasiones no es posible realizar la ergometría. Por ejemplo, muchas personas mayores tienen problemas de movilidad (artrosis, etc.), y no pueden realizar adecuadamente el ejercicio físico. En los pacientes que presentan en el electrocardiograma un bloqueo de rama izquierda u otras alteraciones llamativas no es posible interpretar el electrocardiograma durante el ejercicio, por lo que es preferible solicitar al paciente otra prueba para comprobar si tiene alguna obstrucción coronaria (ecocardiograma de estrés, pruebas de medicina nuclear, TAC coronario). Si el paciente presenta ciertas enfermedades del músculo cardiaco o de las válvulas también puede ser que no se recomiende (que esté contraindicada) la realización de la prueba.
La prueba de esfuerzo se detiene cuando el paciente presenta una angina de pecho, si le sube mucho la tensión durante el ejercicio, cuando aparecen alteraciones graves en el electrocardiograma, si alcanza una frecuencia cardiaca suficientemente alta, o simplemente porque el paciente se encuentre agotado y no pueda continuar con la prueba.
La ergometría es por lo tanto una prueba que cuando es positiva indica que probablemente el paciente tiene alguna obstrucción coronaria. Dependiendo de cómo de positiva haya sido la prueba, en ocasiones habrá que solicitar posteriormente un cateterismo para ver cuáles son las lesiones coronarias que presenta el paciente y cómo se pueden tratar; en la mayoría de los casos aunque la prueba sea positiva es suficiente el tratamiento con pastillas para controlar los síntomas del paciente.
La prueba de esfuerzo es útil para comprobar si la causa de la insuficiencia cardiaca es una obstrucción en las arterias coronarias (no hay que olvidar que la enfermedad de las arterias del corazón es la causa más frecuente de insuficiencia cardiaca).