El trasplante cardiaco puede ser necesario en pacientes con insuficiencia cardiaca muy grave no controlable con otras medidas. España es el país del mundo que realiza un mayor número de trasplantes cardiacos al año, gracias a la generosidad de los donantes.

¿Qué es el trasplante cardiaco? El trasplante cardiaco es una intervención quirúrgica sencilla para un cirujano cardiaco. Consiste en extraer el corazón de un donante en muerte encefálica (su corazón late pero presenta muerte cerebral) y trasportarlo lo más rápidamente posible (avión, coche, helicóptero, etc.) hasta el hospital donde se encuentra el receptor (paciente que recibe el corazón). En ocasiones donante y receptor pueden estar separados cientos de kilómetros, incluso encontrarse en distintos países.

No todos los corazones de los posibles donantes se pueden utilizar. La edad avanzada, las infecciones activas, los tumores y otras muchas enfermedades o condiciones del posible donante puede contraindicar el uso de su corazón. Si finalmente se realiza el trasplante, se extrae casi todo el corazón del receptor y se pone en su lugar el del donante, uniendo todas las venas y arterias que entran o salen del corazón.

El postoperatorio puede ser complicado, pues los pacientes receptores habitualmente se encuentran muy debilitados cuando finalmente reciben el trasplante. Además, es fundamental administrar al receptor desde el principio potentes fármacos inmunosupresores: estos fármacos evitan que el corazón del donante sea rechazado por el receptor. El problema es que estos fármacos dejan al paciente con las defensas de su sistema inmune al mínimo, por lo que es más propenso a infectarse por virus, bacterias o parásitos. También hacen que el paciente se defienda peor de las mutaciones que experimentan en ocasiones las células del cuerpo y que producen tumores: por eso tienen una probabilidad mayor de padecer algún cáncer.

Pero evidentemente los beneficios son mucho mayores que los riesgos. De hecho, hay pacientes con un trasplante cardiaco que viven gracias a él más de 10, 15 ó incluso 20 años, mientras que de no haberlo realizado tendrían un pronóstico de semanas o pocos meses.

No se puede realizar un trasplante cardiaco en todos los pacientes con insuficiencia cardiaca. En ocasiones existe un deterioro importante de otros órganos del receptor (riñón, retina o hígado, entre otros) que lo contraindica. También la edad es un factor limitante: la edad recomendada del receptor es menor de 65 años, y más allá de los 70 años no está permitido realizarlo. La principal causa de la necesidad de seleccionar muy bien a los pacientes receptores del trasplante es la escasez de donantes.

Después del trasplante el paciente debe recibir una estrecha vigilancia médica por el equipo asistencial que ha realizado el trasplante.